500 metros cuadrados de camo —un material textil de camuflaje frecuente en ambientes militares y de caza— trabajados escultóricamente, dan forma en esta arquitectura efímera a un oasis mágico, al tiempo que una capa de Luminax por encima de la cubierta superior de camo rebaja la temperatura interior en cuatro grados.
Fotografía: © Rafael Vargas